Metro Moscú. Mayakovskaya


 Pertenece a un sector de la línea verde , al norte del centro de Moscú, digno de visitar. El tramo que cubre las estaciones Mayakóvskaya, Bielorrúskaya, Dinamo, Aeroport y Sókol, todas ellas de gran calidad e interés y que se consideran expresiones del Art-Decó soviético de los ´30.
Esta línea en el mencionado tramo fue construida poco antes del comienzo de la Segunda Guerra mundial.
La estación está dedicada al poeta soviético georgiano Mayakóvski, coterráneo de Stalin. Muy aclamada en su momento también, introdujo el metal cromado en el propio diseño de revestimiento, material muy usado por el Movimiento Moderno Internacional. Este material símbolo de la modernidad combina magistralmente en esta estación con la rodonita que recubre las columnas de apoyo, piedra semipreciosa de color rojo profundo y vetas paleolíticas, de decenas de millones de años. Si se observa con atención pueden encontrarse restos fósiles vegetales y animales.
Es la primera estación en que la ingeniería permitió columnas tan estrechas en una estación de gran profundidad en el metro de Moscú. Este espesor mínimo y el cromado confieren un aire de funcionalidad. La rodonita brinda solemnidad y lujo.
Entre medio de cada cuatro columnas, dos de cada anden, se conforma en el techo una bóveda. Esta a su vez en su punto más alto posee una mini-bóveda en forma de nicho, más alta, que acentúa mas aún la sensación de descompresión tan buscada por los diseñadores arquitectos de las estaciones .
En cada uno de los 36 óvalos que constituyen esta pequeñas bovedillas se realizaron 36 distintos y exquisitos mosaicos de colores intensos. La temática se llamó “Un día en el país de los Soviets” y alude en un lenguaje propio de la poética del movimiento moderno a actividades deportivas de alto riesgo , civiles y militares, muy vinculadas con los cielos y la avación, que reflejan el slogan de la época en la búsqueda del comunismo: “Más rápido, más alto , más lejos”.
El efecto es magistral, no solo por su impactante realismo, colores y técnica de mosaico en base a piedrecillas muy pequeñas sino por e hecho de estar dibujados e perspectiva real de vértigo, “mirados de abajo” lo que acentúa aún la ilusión de altura. Así estos nichos con sus mosaicos se convierte en una ventana a los abismos celestes desde los abismos de Moscú. El efecto no puede ser más refinado y contundente.
De hecho para apreciar cada diseño de mosaicos uno debe situarse debajo de la bobedilla y levantar el mentón a 45 º para observar maravillado estas imágenes-iconos comunistas al progreso, la valentía, la intrepidez y la era de las máquinas, que se consideraba una cosa diaria en la construcción de la sociedad perfecta.
La imagen le “jala” a uno más arriba aún pues el propio dibujo esta pintado “mirado de abajo”, quedando el cielo del mosaico mas allá en las alturas aún.
El efecto se refuerza aún más con la iluminación artificial campo e que los arquitectos diseñadores de las estaciones del metro de Moscú se demostraron maestros técnicos y artistas.
En su conjunto estos mosaicos son una loa al progreso al comunismo, a la pasión por la búsqueda de nuevos límites y nuevos riesgos, el más preciado de los cuales era el mismo comunismo, la sociedad perfecta del futuro pero en el presente, en el ahora, la disolución por tato del tiempo, la eternidad.
N esta estación funcionó durante la invasión alemana en la “ guerra Mundial, a la URSS el Alto Mando de la Aviación Soviética. También e esta estación en los momentos que los alemanes forzaban las afueras de Moscú, Stalin se dirigió en un famoso discurso de resistencia a los principales dirigentes del Partido Comunista y del Ejército Rojo. Como todas las estaciones existentes al momento y los propios túneles de trenes, sirvió de refugio aéreo a la población civil moscovitas durante los raídes aéreos con intento de destrucción masiva lanzados por la Luftwaffe alemana sobre Moscú.
En la actualidad se está abriendo una segunda entrada por el extremo que hasta el presente era ciego. De hecho, la mayoría de las estaciones del Metro de Moscú posee doble acceso por sus extremos longitudinales. Las menos tienen un solo acceso y el otro extremo ciego rematado generalmente por un mural o escultura, semicircular siguiendo la forma de la estación en corte longitudinal. Estas estaciones de una sola entrada son tradicionalmente usadas por los moscovitas como punto de encuentro en la ciudad pues no hay modo de confundirse. Especialmente en los rigurosos inviernos rusos juegan un papel particular de relación pública. También es muy curioso y se podría derivar un estudio sociológico en si de los rusos de ese hecho, el que los contactos en el metro son fugaces, para encontrarse y luego seguir el camino juntos. Es difícil ver a dos o más personas conversando parados durante más rato que el que lleva un tren entre otro (menos de 1 minuto en la horas pico). Quienes quedan de encontrarse, tan pronto como lo hacen, se dan la mano, se abrazan o se besan y luego siguen su camino juntos.
Es muy común en la Mayakovskaya ver novios esperando con flores a su pareja.
Los críticos y especializados en arquitectura de su época consideraron como un punto flojo del diseño de esta estación el que para observar el extraordinario trabajo de mosaicos de cada una de las 36 bovedillas uno debía detenerse 36 veces debajo de cada uno y alzar la vista al zenit. Como muchas veces sucede, la misma crítica especializada mirada del revés es el mejor elogio.
La estación fue reproducida en escala natural para la exposición internacional de Nueva York de 1938 en donde fue galardonada.

Comentarios